AMOR PIRATA
de Aldo Méndez
Cansado de esperar, el pirata quiso abandonar mi pueblo sin costas. Al intentarlo, descubrió un par de retoños en mitad de su pata de palo; había echado raíces.
Cuando decidió quedarse pasó delante de sus ojos un vestido azul turquesa que se movía con un sensual vaivén de mar en calma. Sus ojos marrones siguieron aquel contoneo y ella notó una mirada insistente de hombre a la altura de sus nalgas. Paseó el mismo camino unas cuantas veces y se detuvo luego para mirar con descaro al pirata.
La joven tenía los ojos del mismo azul del mar que él añoraba y el hombre la miró como quien otea el horizonte y al alma le llegó con aquella mirada.
Decidieron amarse para siempre.
Mi abuelo pirata tuvo el privilegio de envejecer con la certeza de un amor que le ofreció raíces y horizontes.
ALDO MÉNDEZ. Un cubano de toda la vida (la suya) que por azar se hizo manchego desde hace un tiempo, el mismo que trata de vivir del cuento lo más dignamente que permite la expresión, y no morir en el intento. Aldo, cubano, manchego y amigo.
Me ha gustado mucho el cuento. No había leído nada de este cuenta cuentos filibustero.
Un abrazo.
Un cuento precioso, Aldo. Me ha parecido estar oyéndotelo contar. Eso es estupendo. Gracias.
Cris Verbena.