ESE REPIQUETEO CONOCIDO
de Cristina Temprano
Ilustración de REYES GUIJARRO
Ese repiqueteo conocido. Ese
olor a subterráneo, aire pesado y prisas. Esa fría distancia entre viajeros, a
pesar de la inevitable proximidad física. De golpe, una música inunda el vagón,
parece una base cutre de canción de karaoke. Un hombre, micrófono en mano,
comienza a cantar. La contenida e invisible reacción de “otro más pidiendo
dinero en el metro” parece recorrernos a todos. Cada cual se instala en la
indiferencia, en la ceguera escogida. Nadie le mira, nadie le presta atención.
“Resistiré, erguido frente a todo. Y aunque los vientos de la vida soplen
fuerte, resistiré, resistiré”, eso cantaba. Observándole entendí que era su
manera de no deshacerse, de no romperse en mil añicos. Resistiré, me dije
pensando en mi próxima estación… Cuando la voz metálica de la megafonía anunció
la siguiente parada, una, dos, tres, al menos cinco personas se dirigieron a
aquel hombre que aún no había pedido nada, para ofrecerle una moneda. Sonreí.
No todo está perdido -pensé-, la verdad nos sigue conmoviendo. Aquel hombre que
pendía de un hilo, nos sostuvo a todos entre Alvarado y Cuatro Caminos.
olor a subterráneo, aire pesado y prisas. Esa fría distancia entre viajeros, a
pesar de la inevitable proximidad física. De golpe, una música inunda el vagón,
parece una base cutre de canción de karaoke. Un hombre, micrófono en mano,
comienza a cantar. La contenida e invisible reacción de “otro más pidiendo
dinero en el metro” parece recorrernos a todos. Cada cual se instala en la
indiferencia, en la ceguera escogida. Nadie le mira, nadie le presta atención.
“Resistiré, erguido frente a todo. Y aunque los vientos de la vida soplen
fuerte, resistiré, resistiré”, eso cantaba. Observándole entendí que era su
manera de no deshacerse, de no romperse en mil añicos. Resistiré, me dije
pensando en mi próxima estación… Cuando la voz metálica de la megafonía anunció
la siguiente parada, una, dos, tres, al menos cinco personas se dirigieron a
aquel hombre que aún no había pedido nada, para ofrecerle una moneda. Sonreí.
No todo está perdido -pensé-, la verdad nos sigue conmoviendo. Aquel hombre que
pendía de un hilo, nos sostuvo a todos entre Alvarado y Cuatro Caminos.
CRISTINA TEMPRANO
Nada tiene más poder que la palabra. Lo descubrió
en 2002 después de estudiar Bellas Artes, trabajar como comunicadora en la
radio y formarse en pedagogía de la expresión artística. Desde entonces, contar
historias es la brújula que marca sus pasos. Ejerce este arte ancestral en
España y Francia. Acaba de doctorarse con una tesis sobre la narración oral en
el siglo XXI.
en 2002 después de estudiar Bellas Artes, trabajar como comunicadora en la
radio y formarse en pedagogía de la expresión artística. Desde entonces, contar
historias es la brújula que marca sus pasos. Ejerce este arte ancestral en
España y Francia. Acaba de doctorarse con una tesis sobre la narración oral en
el siglo XXI.
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REYES GUIJARRO
Reyes es ilustradora y diseñadora gráfica. Estudió Ilustración
en la escuela de artes y oficios num. 10 de Madrid; aprendió y le gustó este
oficio. También le gusta desayunar, la química, contar cuentos y las camisetas
a rayas.
en la escuela de artes y oficios num. 10 de Madrid; aprendió y le gustó este
oficio. También le gusta desayunar, la química, contar cuentos y las camisetas
a rayas.
Lleva gafas para ver bien, todo lo mira, lo remira, abre mucho
los ojos… y después dibuja.
los ojos… y después dibuja.
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