LA SEÑORA MIELES
de Isabel Benito
Ilustración de Óscar del Amo
La señora Mieles lleva un moño en el cogote,
gris como una pelusa, si lo rozas se esfuma entera.
Cada noche se suelta el moño y se deshace en
pelo, pelo y más pelo que luego se trenza para dormir. Se deshace para volverse
a trenzar. Cada noche.
Cuando alguien muere, la señora Mieles
aparece y se sienta cerca del féretro. Se estira la falda en el regazo y
desgrana los tópicos propios de la ocasión: que si qué bueno era, que si no
somos nadie, que si es ley de vida… Luego convida a los presentes a rezar y
lidera la oración con voz asombrosamente firme. Por último, comenta lo rico que
hace para el tiempo que estamos, cuenta un chiste sobre Lola Flores, se levanta
despacito, adiosbuenastardes y desaparece. Nadie vuelve a verla entera hasta el
siguiente deceso, si acaso un mechón escapado del moño como un jirón de niebla.
Así es la señora Mieles.
ISABEL BENITO
Nació
en medio del páramo castellano, abrigada por un abuelo que hipnotizaba gallinas
y otro que le hizo protagonista de todos los cuentos. Lo que contaban sus
abuelas es todavía secreto.
En la
biblioteca encantada de su colegio aprendió que los buenos libros contienen más
preguntas que respuestas. Estudió filosofía, y una tarde de verano se vio
convertida en narradora en fárfula. Desde entonces ha pasado tiempo y muchos
cuentos: a veces contados en voz baja y, de vez en cuando, alzando la voz en
ferias, bibliotecas o plazas.
Tiene
buen tino para encontrar maestras y compañeros con los que compartir dudas y
camino.
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ÓSCAR DEL AMO
Hola,
soy Óscar, porque lo pone en mi dni y porque, como muchos de los animales,
respondo a su estímulo fonético.
Desde
que tengo dedos en las manos dibujo y tomo café. Estudié en la Escuela de Arte
de Valladolid (España, La Tierra) hace algunos inviernos y acto seguido me
dediqué a la ilustración y el diseño gráfico profesionalmente.
Al
principio trabajé para otras empresas y estudios de diseño y desde 2002 en mi
propio estudio. Hace algún tiempo en una clase de dibujo descubrí que era
ambizurdo y desde ese día combino las dos manos para coger tanto el lápiz (o el
ratón) como la técnica que usar por lo que podréis ver libros y trabajos
realizados con una mano o con la otra, con un pincel o con otro, con un papel
del derecho o del revés, para un cartel o para un periódico… y esa es
básicamente mi historia.
Vivo en un bosque de Nueva Zelanda, en una cabaña junto a un
lago y con un montón de aves, insectos y rapaces que viene a hacerme compañía
cada mañana y preparamos la comida juntos.
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