de Pepepérez
Había una vez una voz, sensible y delicada, que tenía un gran problema. Si el día se presentaba lluvioso y gris, apenas hablaba y las pocas palabras que decía eran tristes y desganadas. En cambio, si el día era claro y primaveral, parloteaba y cantaba como una loca
Pero, la pobre, estaba preocupada, porque por las noches, hiciera el tiempo que hiciera, siempre enmudecía. Temerosa, porque pensaba que podía enmudecer también por el día. Por eso, cada mañana, al levantarse, hacía ejercicios delante del espejo, para comprobar que aquello no había ocurrido.
Una noche, mientras dormía, tuvo una horrible pesadilla: por fin, consiguió hablar por la noche, como ella quería; pero habló en sueños, revolviéndose sudorosa en su lecho.
Despertó sobresaltada y asustada. Enseguida llegó a la conclusión: “Cuando uno duerme, no es necesario hablar”.
Desde entonces, ya nunca más, le ha preocupado enmudecer por las noches.
Pepepérez trae toda la calidez del sur, es malagueño pero afín y afincado en Sevilla. Más información en http://pepeperez.net/
muy sutil y bello en las palabras, no tan contundente en el cierre.
Puntuación: 7
Estoy de acuerdo con Daniel. Este cuento no termina de atraparme.
NELO.