REMILGOS
de Alberto Sebastián
Fuente Foto .
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No me gustan. Parecen gusanos con patas.
No me gustan. Parecen gusanos con patas.
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Si no lo quieres dámelo a mí.
Si no lo quieres dámelo a mí.
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Deja a tu hermana, por favor. Nora… si no lo has probado…
Deja a tu hermana, por favor. Nora… si no lo has probado…
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¿Eso qué es? ¿Los ojos?
¿Eso qué es? ¿Los ojos?
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Cómete uno por lo menos. Nos invitan, y no sabes lo que cuesta conseguirlos.
Cómete uno por lo menos. Nos invitan, y no sabes lo que cuesta conseguirlos.
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Es que me mira…
Es que me mira…
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¿Me lo das a mí?
¿Me lo das a mí?
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Tú ya te has comido el tuyo, no seas tragón.
Tú ya te has comido el tuyo, no seas tragón.
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¡Pero si no lo quiere!
¡Pero si no lo quiere!
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¡Nora! Deja de menearlo y cómetelo ya.
¡Nora! Deja de menearlo y cómetelo ya.
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Es que no tengo hambre…
Es que no tengo hambre…
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Dos horas con la tontería y el César está empezando a impacientarse. Leo, acábate
el cristiano de tu hermana. Desde luego, no se os puede sacar de casa.
No vuelvo a traeros al circo.
Dos horas con la tontería y el César está empezando a impacientarse. Leo, acábate
el cristiano de tu hermana. Desde luego, no se os puede sacar de casa.
No vuelvo a traeros al circo.
ALBERTO SEBASTIÁN, se cayó de pequeño en el pozo de los cuentos
tradicionales y se “enguachinó” con ellos, sabe miles. Desde entonces anda que
te andarás contando historias de siempre. Intentando “desenguachinarse”.
tradicionales y se “enguachinó” con ellos, sabe miles. Desde entonces anda que
te andarás contando historias de siempre. Intentando “desenguachinarse”.
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